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Monday, June 13, 2011

El escándalo del indulto

No queda la menor duda de que Alan García y el fujimorismo planean cristalizar su alianza corrupta con un indulto a Alberto Fujimori.
Vamos a dejar una cosa en claro: si Fujimori es realmente un enfermo terminal, y le quedan unos meses de vida, un indulto o una conmutación de pena, o un cambio de régimen hacia un arresto domiciliario, cabría dentro de lo posible.  ¿Por qué? Porque el Estado peruano, que en realidad somos todos los peruanos, debe mostrar humanidad.  Porque, precisamente, lo que nos diferencia a todos los peruanos del dictador, asesino y ladrón de Alberto Fujimori es que somos capaces de apreciar la vida humana y sentirnos como parte de una nación.
Sin embargo, toda la evidencia que tenemos sobre este caso indica que Alan García y el fujimorismo han puesto en marcha un operativo para manipular la opinión pública y justificar un indulto antes del 28 de julio.
Augusto Álvarez Rodrich ha publicado hoy una columna en “La República” en la cual argumenta de manera muy clara porqué todo esto es un “escándalo”.  Incluyo la columna en su totalidad no sin antes adicionar una nota: Alan García y la comisión política del APRA dejaron de ser apristas el día que traicionaron la memoria de Víctor Raúl Haya de la Torre y tantos mártires apristas (que dieron su vida por ideales como honestidad, igualdad, hermandad de todos los peruanos, etc)  al pactar con la corrupción y decidir hacer de la mezquindad y el beneficio personal su modus operandi (que los ha llevado a hacer un gobierno sin inclusión social).  Ignoro el momento preciso en que se dio esto, pero contemplo la posibilidad de que, en realidad, nunca fueron apristas.

Incluyo también este video donde la misma Keiko Fujimori dice que su padre está bien de salud hace 10 días.
RoD

Cochín de Huantar
Por Augusto Álvarez Rodrich
Alan García indultaría a Fujimori antes del 28 de julio.
Está en marcha un operativo para indultar a Alberto Fujimori antes de que Alan García deje la Presidencia, el cual será la cereza de la torta del pacto aprofujimorista ejecutado durante este lustro y cuyo monumento conmemorativo es, precisamente, el ‘penal’ de la Diroes.
Varios indicios apuntan a ese desenlace. El último pasó desapercibido el viernes 3 de junio, a solo dos días de la elección, cuando la premier Rosario Fernández publicó la RM Nº 0105-2011-JUS con un relevo en la presidencia de la crucial Comisión de Gracias Presidenciales que debería recomendar el indulto de Alberto Fujimori, designando ahí a Fernanda Ayasta Nassif.
El plan inicial del gobierno era, como lo esbocé hace unos meses en esta columna, que García indultaría a Alberto Fujimori luego del triunfo de su hija, como pago por el pacto aprofujimorista de este quinquenio, incluyendo el apoyo camuflado a dicha candidatura, a cambio de lo cual el actual presidente obtendría protección durante del gobierno siguiente.
Dicho objetivo no se detuvo por el ‘contratiempo’ de la derrota de Fuerza 2011, empezando por la declaración de Alan García de que corresponde el indulto “si es por razones humanitarias, me parece bien; razones humanitarias es cuando una persona está padeciendo una terrible enfermedad, y el sentido humanitario es ponerlo en su casa y hacer que convalezca”.
Coincidentemente, Alberto Fujimori fue trasladado de la Diroes al INEN, lo cual fue filmado y entregado a la prensa para su difusión, junto con la declaración de su médico y congresista, Alejandro Aguinaga, de que su situación “está complicada”.
Coincidentemente también, como globo de ensayo, el congresista aprista José Vargas planteó que “el presidente García podría darle un indulto (a Fujimori), pues la dignidad de la persona humana está por encima de toda consideración”.
Estos son solo algunos indicios de que el presidente García indultaría a Fujimori antes de irse, con argumentos tan previsibles como la salud del preso, la alta votación de su hija, la necesidad de reconciliación política y el hecho de que nadie podría dudar de que su magnanimidad tenga razones subalternas, pues él fue perseguido por el ex presidente hoy condenado a 25 años por –disculpen la franqueza– dictador, ladrón y asesino. Y como no puede haber indultos por delitos de lesa humanidad, Fujimori sería llevado inmediatamente a Japón, antes de cualquier contramarcha, para recibir atención médica.
Los indultos se justifican, sin duda, por un sentido humanitario. Pero el de Fujimori es un escándalo, pues constituye el pago final a una componenda política que le permitió al Apra gobernar con el apoyo fujimorista a cambio de esta gracia presidencial que se concretaría en breve, y de un trato especial en la Diroes, un ‘penal’ que es el monumento a este pacto indecente.

Friday, May 13, 2011

Fujimori hija, una amenaza a la democracia

Conversando con varios amigos sobre el análisis que cada uno hace para decidir su voto en la segunda vuelta que se nos viene, noto un argumento o un concepto constante: Humala pone en peligro todo lo avanzado en los últimos 10 años.  Ya he tratado de explicar las razones por las cuales Humala NO representa una amenaza al crecimiento económico, sino que es más bien Fujimori quien representa esta amenaza aquí.  En el post citado también explico por qué considero que Humala es el candidato que representa el salto de crecimiento económico a desarrollo económico sostenible para todos y el combate de la desigualdad, que es lo que necesita el Perú si queremos seguir progresando. 
Sin embargo, considero importante señalar que el progreso de los últimos 10 años no se ha dado sólo en materia económica, sino que se ha dado también en el fortalecimiento del sistema democrático peruano que, aunque continúa siendo débil, da algunas señales de vida.  Este progreso en el sistema democrático también está en juego en estas elecciones, y es una razón más por la que se vuelve necesario votar y apoyar la candidatura de Ollanta Humala, en desmedro de la candidatura que “representa lo más repulsivo del Perú” (J. Cotler, 12/05/11, Prensa Libre), la de Fujimori hija.
La situación en la que nos dejó Fujimori padre hace poco más de 10 años era un completo desastre: 1) no existía la separación de poderes, el poder judicial era usado sólo para encubrir los delitos cometidos por la dictadura y para perseguir a los adversarios políticos, y el congreso había sido comprado por la dictadura en la sala del SIN; 2) los medios de comunicación estaban al servicio de la dictadura, salvo uno que otro periódico como “La República” y “Liberación”; 3) la corrupción estatal llegaba a niveles inimaginables, y comenzaba desde arriba; 4) la sociedad civil era perseguida, ninguneada y amedrentada; 5) la protesta social era satanizada y  reprimida salvajemente (basta con ver los videos de la “Marcha de los 4 Suyos” y el tema del incendio del Banco de la Nación); 6) nos encontrábamos constantemente con aberraciones legales como “la interpretación auténtica de la constitución” que fue usada para que Fujimori padre se re-reelija, y la “ley de amnistía” que oficializaba la impunidad en los casos de violaciones de DDHH cometidos por Fujimori padre; 7) elecciones fraudulentas, etc.  Es decir, la democracia peruana no existía como tal, estábamos en dictadura.
 Hoy el Perú vive en una democracia débil, pero democracia al fin.  Es cierto, la mayoría de los medios de comunicación continúan apoyando el concepto de la dictadura fujimorista personificado en Fujimori hija, pero aunque sea nos encontramos con algunos periodistas que intentan, si quiera, guardar las formas y dar una tribuna a las fuerzas democráticas.  Además, con el desarrollo del internet y la comunidad bloguera peruana, no todas las mentiras y atrocidades periodísticas que vemos en estos días pasan piola.  También es cierto que la corrupción continúa rampante en el aparato estatal (la corrupción en el gobierno de Alan García sólo puede ser comparada con la del régimen fujimorista), pero aunque sea algunos de estos casos son denunciados por la prensa y siguen su curso en el poder judicial (ver caso de los petroaudios, por el cual mucha más gente que Rómulo León debería estar en la cárcel, y la anulación del indulto a Crousillat tras la presión de los medios y la sociedad civil).  Vemos un Congreso débil y deslegitimizado, pero por lo menos vemos algo de política no tan sucia en práctica dentro del mismo (sobre todo en comparación con los congresos de los 90s).  Tenemos probablemente la sociedad civil más fuerte de América Latina, que no está libre de mácula y también tiene sus propios intereses, pero que rara vez coinciden con los del gobierno de turno, creando cierto balance.  Y las elecciones, aunque nunca están libres de todo mal, son limpias en comparación con las aberraciones que teníamos en los 90s.
La candidatura de Fujimori hija pone todo este progreso en peligro.  Las razones son simples: 1) quedan aun muchos casos de corrupción (como por ejemplo el blindaje de Carlos Raffo entre los congresistas apristas y fujimoristas en este mandato) y de violaciones de DDHH (como el de las esterilizaciones forzadas) por resolverse, 2) Fujimori hija participó activamente del régimen de Fujimori padre como primera dama de la nación y ha defendido tal régimen calificándolo como “el mejor gobierno de la historia”, lo cual nos dice que buscaría imitarlo, 3) el equipo de Fujimori hija es muy similar al que rodeó a Fujimori padre durante su régimen, basta con ver a Marta Chávez (ardua defensora de la “Ley de Amnistía”), Luisa María Cuculiza (Ministra de la Mujer mientras se realizaban las esterilizaciones forzadas), Alejandro Aguinaga (Ministro de Salud mientras se realizaban las esterilizaciones forzadas), Jaime Yoshiyama (candidato a la alcaldía de Lima en 1995 por el partido oficialista), etc.  Pero por sobre todo el hecho de que esta campaña fujimorista es manejada desde la “prisión” donde se encuentra Fujimori padre.  Todos estos puntos entran en conflicto con el desarrollo democrático que ha vivido el Perú en los últimos 10 años.
En la vereda del frente tenemos un candidato que, desde mi punto de vista, no va a tomar medidas que debiliten la democracia peruana.  Sin embargo, entiendo que muchos puedan discrepar con esta noción.  De cualquier manera, la diferencia principal está en que Fujimori hija tendría un poder mediático mucho más fuerte que el de Ollanta Humala en caso gane la elección.  En otras palabras, las circunstancias en las que Ollanta Humala sería elegido (con la prensa y el poder económico en contra, y con un apoyo popular de alrededor del 50%) limitaría cualquier acción antidemocrática, mientras que en el caso de Fujimori hija habría muchas menos ataduras pues ella sí tendría el apoyo del poder económico y de la prensa peruana.  Julio Cotler explicó esta situación el día de ayer en Prensa Libre. 
Una razón más para optar por Ollanta Humala en esta elección.
RoD

Wednesday, May 4, 2011

La mentira del pedido de perdón fujimorista

Durante las últimas dos semanas he tratado de procesar el pedido de perdón de Keiko Fujimori al pueblo peruano por los delitos del régimen fujimorista.  Lamentablemente, este pedido de perdón es un insulto a la inteligencia del pueblo peruano.  Una mentira electorera.

Vamos a recordar algunas cosas. 

Keiko Fujimori asumió el puesto de primera dama de la nación en agosto del año 1994, a sus 19 años de edad, luego de que sus padres se divorciaran tras toda la historia ya conocida relacionada a Susana Higuchi.  Un par de años atrás habían ocurrido las matanzas de Cantuta y Barrios Altos, y en el año 1995 Alberto Fujimori proclamó la llamada “Ley de Amnistía”, que trataba de encubrir todas las violaciones de derechos humanos perpetradas por él mismo durante su régimen.  En Barrios Altos se ejecutó extrajudicialmente a 15 personas, incluyendo mujeres y un niño de 8 años, y en Cantuta se ejecutaron a 9 estudiantes y un profesor.  Alberto Fujimori ha sido condenado a 25 años de prisión por estos crímenes por la justicia peruana. Pero Keiko Fujimori, a 6 semanas de la segunda vuelta, pide perdón.

Durante el gobierno de Alberto Fujimori desaparecieron alrededor de 6 mil millones de dólares ($6 000 000 000) sólo por motivo de las privatizaciones que se llevaron a cabo durante los 90s.  De este dinero sólo han sido recuperados 184 millones de dólares.  Eso quiere decir que, sólo por motivo de las privatizaciones, el gobierno de Fujimori le debe a todos los peruanos más de 5 800 millones de dólares.  A esto se le tiene que agregar otros casos de corrupción como el de los MiG-29 y Sukhoi-25, por el cual Alberto Fujimori fue denunciado por el congreso peruano en el 2003 por traición a la patria, y el caso de la caja de pensiones militar policial.  Sí, el único partido presente en la segunda vuelta con un historial de robo a ahorristas es el fujimorista.  Pero Keiko Fujimori pide perdón.

Durante la segunda parte del gobierno de Alberto Fujimori, cuando Keiko Fujimori ya era primera dama, se realizaron las esterilizaciones forzadas, esta actividad criminal que, en la mayoría de los casos, incluye los delitos de secuestro y negligencia.  Se me escarapela el cuerpo  sólo de leer algunos casos.  Las esterilizaciones forzadas fueron parte de una política del gobierno fujimorista destinada a disminuir la cantidad de hijos que personas indígenas de bajos recursos puedan tener.  Para lograr esto, el gobierno acosaba a las mujeres para que se sometan al procedimiento de ligadura de trompas.  En los casos denunciados ante la justicia peruana y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), muchas mujeres fueron sedadas y operadas a pesar de que no querían someterse al procedimiento.  En otros casos se realizó el procedimiento sin las precauciones del caso, lo cual trajo consigo la muerte de la mujer.  Pero Keiko Fujimori, en el año 2011 y a 6 semanas de la segunda vuelta, pide perdón.

Éstas son sólo tres perlas del gobierno fujimorista, del cual Keiko Fujimori fue parte activa.  Podemos conversar también sobre la compra de medios de comunicación (todos los de señal abierta), las políticas laborales nocivas para el trabajador peruano, y que el plan de gobierno de K. Fujimori confirma que un gobierno fujimorista llevaría estas políticas al extremo, los numerosos casos de corrupción en el poder judicial, la compra de congresistas tránsfugas, el deterioro de las instituciones democráticas, la represión violenta de la protesta social, y un muy largo etcétera.  Pero Keiko Fujimori pide perdón.

Keiko Fujimori pide perdón casi 11 años después de que su padre intentara renunciar a la Presidencia de la República por fax.  Pide perdón luego de que por esos 11 años ha defendido el régimen fujimorista.  Pide perdón luego de haber defendido la traición a la democracia perpetrada por su padre el 5 de abril de 1992.  Pero, lo que es más importante, pide perdón cuando todavía no se reconoce las violaciones de derechos humanos de las mujeres a las que se les esterilizó de manera forzosa.  Pide perdón cuando el fujimorismo todavía le debe al Perú casi todo el dinero robado durante los 90s.  Pide perdón cuando Marta Chávez, congresista electa por su partido y del entorno cercano de K. Fujimori, sigue defendiendo la impunidad en casos de violaciones de derechos humanos, tal y como lo hizo con la ley de amnistía en 1995.  Pide perdón días después de catalogar el gobierno de Alberto Fujimori como “el mejor de la historia” y de pedir palmas “que se escuchen hasta la DIROES".

Keiko Fujimori pide perdón, yo no le creo.

RoD