Tuesday, June 14, 2011

Vi a Mumford and Sons en vivo

Estuve en el concierto de Mumford and Sons hace unos días en el Merriweather Post Pavilion.  Es, sin lugar a dudas, una de las experiencias que nunca voy a olvidar en mi vida.
Soy limeño, y como tal los truenos y rayos me asustan.  Cuando suena fuerte, todavía, después de vivir 5 años en Washington, DC, mi instinto es tirarme al suelo.  Claro que usualmente logro reaccionar antes de que mis piernas se doblen, por lo que el instinto sólo se ve expresado por un gesto de bajar la cabeza.  De esta manera evito hacer el ridículo.  Mi punto se mantiene: NO ME GUSTAN LAS TORMENTAS, ¡já!
El 9 de junio pasó por el Merriweather Post Pavilion una tormenta relativamente intensa entre las 7:30 PM y las 9:10 PM.  De esas que anuncia la llegada del verano en el pantano que es el área de Washington.  Yo estaba en el medio de la explanada.  Mis amigos, tranquilos.  Para ellos mojarse era algo inevitable, y los truenos no daban tanto miedo.  Tampoco les importaba las estatuas de metal que rodeaban la explanada.  Un chapuzón, y a disfrutar de Mumford and Sons a las 9:30 PM.
En la vida, las cosas que uno disfruta más son las que representan cierta dificultad para ser logradas.  Empapado y con la adrenalina en un nivel bastante alto, estos británicos fueron artífices de un momento memorable cuando tocaron esta canción:

Imagínense el minuto 2:40 en vivo y con 20 000 almas coreando.  Duplíquenlo.  Mejor multiplíquenlo por 10.  Eso viví.
Siento que después de la tormenta y la histeria colectiva producto de ella, la valla estaba relativamente baja para la banda.  Igual voy a decir que el concierto fue increíble.  Igual voy a decir que es una de las mejores bandas en vivo que he visto en mi vida (que no son tan pocas).  Igual voy a decir que fue un concierto inolvidable.
Los dejo con otro sus hits.


RoD

Monday, June 13, 2011

El escándalo del indulto

No queda la menor duda de que Alan García y el fujimorismo planean cristalizar su alianza corrupta con un indulto a Alberto Fujimori.
Vamos a dejar una cosa en claro: si Fujimori es realmente un enfermo terminal, y le quedan unos meses de vida, un indulto o una conmutación de pena, o un cambio de régimen hacia un arresto domiciliario, cabría dentro de lo posible.  ¿Por qué? Porque el Estado peruano, que en realidad somos todos los peruanos, debe mostrar humanidad.  Porque, precisamente, lo que nos diferencia a todos los peruanos del dictador, asesino y ladrón de Alberto Fujimori es que somos capaces de apreciar la vida humana y sentirnos como parte de una nación.
Sin embargo, toda la evidencia que tenemos sobre este caso indica que Alan García y el fujimorismo han puesto en marcha un operativo para manipular la opinión pública y justificar un indulto antes del 28 de julio.
Augusto Álvarez Rodrich ha publicado hoy una columna en “La República” en la cual argumenta de manera muy clara porqué todo esto es un “escándalo”.  Incluyo la columna en su totalidad no sin antes adicionar una nota: Alan García y la comisión política del APRA dejaron de ser apristas el día que traicionaron la memoria de Víctor Raúl Haya de la Torre y tantos mártires apristas (que dieron su vida por ideales como honestidad, igualdad, hermandad de todos los peruanos, etc)  al pactar con la corrupción y decidir hacer de la mezquindad y el beneficio personal su modus operandi (que los ha llevado a hacer un gobierno sin inclusión social).  Ignoro el momento preciso en que se dio esto, pero contemplo la posibilidad de que, en realidad, nunca fueron apristas.

Incluyo también este video donde la misma Keiko Fujimori dice que su padre está bien de salud hace 10 días.
RoD

Cochín de Huantar
Por Augusto Álvarez Rodrich
Alan García indultaría a Fujimori antes del 28 de julio.
Está en marcha un operativo para indultar a Alberto Fujimori antes de que Alan García deje la Presidencia, el cual será la cereza de la torta del pacto aprofujimorista ejecutado durante este lustro y cuyo monumento conmemorativo es, precisamente, el ‘penal’ de la Diroes.
Varios indicios apuntan a ese desenlace. El último pasó desapercibido el viernes 3 de junio, a solo dos días de la elección, cuando la premier Rosario Fernández publicó la RM Nº 0105-2011-JUS con un relevo en la presidencia de la crucial Comisión de Gracias Presidenciales que debería recomendar el indulto de Alberto Fujimori, designando ahí a Fernanda Ayasta Nassif.
El plan inicial del gobierno era, como lo esbocé hace unos meses en esta columna, que García indultaría a Alberto Fujimori luego del triunfo de su hija, como pago por el pacto aprofujimorista de este quinquenio, incluyendo el apoyo camuflado a dicha candidatura, a cambio de lo cual el actual presidente obtendría protección durante del gobierno siguiente.
Dicho objetivo no se detuvo por el ‘contratiempo’ de la derrota de Fuerza 2011, empezando por la declaración de Alan García de que corresponde el indulto “si es por razones humanitarias, me parece bien; razones humanitarias es cuando una persona está padeciendo una terrible enfermedad, y el sentido humanitario es ponerlo en su casa y hacer que convalezca”.
Coincidentemente, Alberto Fujimori fue trasladado de la Diroes al INEN, lo cual fue filmado y entregado a la prensa para su difusión, junto con la declaración de su médico y congresista, Alejandro Aguinaga, de que su situación “está complicada”.
Coincidentemente también, como globo de ensayo, el congresista aprista José Vargas planteó que “el presidente García podría darle un indulto (a Fujimori), pues la dignidad de la persona humana está por encima de toda consideración”.
Estos son solo algunos indicios de que el presidente García indultaría a Fujimori antes de irse, con argumentos tan previsibles como la salud del preso, la alta votación de su hija, la necesidad de reconciliación política y el hecho de que nadie podría dudar de que su magnanimidad tenga razones subalternas, pues él fue perseguido por el ex presidente hoy condenado a 25 años por –disculpen la franqueza– dictador, ladrón y asesino. Y como no puede haber indultos por delitos de lesa humanidad, Fujimori sería llevado inmediatamente a Japón, antes de cualquier contramarcha, para recibir atención médica.
Los indultos se justifican, sin duda, por un sentido humanitario. Pero el de Fujimori es un escándalo, pues constituye el pago final a una componenda política que le permitió al Apra gobernar con el apoyo fujimorista a cambio de esta gracia presidencial que se concretaría en breve, y de un trato especial en la Diroes, un ‘penal’ que es el monumento a este pacto indecente.

Monday, June 6, 2011

Ayer a las 4

El día de ayer a las 4:01 PM hora peruana, mientras lloraba y me abrazaba con mi hermano  y con mi cuñada, recordé una vez más el porqué me siento tan orgulloso de ser peruano. 
Me siento orgulloso porque con nuestro voto, los peruanos le hemos dicho NO a la corrupción, NO a la impunidad, NO a la dictadura, NO a las violaciones de Derechos Humanos.  Porque una victoria del fujimorismo iba a significar que a nuestro Perú no le importaban todas estas barbaridades.  También iba a significar que personas que le han hecho muchísimo daño a nuestro país iban a regresar al poder sin haber hecho el mínimo intento durante los últimos 11 años de enmendar su error.  No, pedir perdón a 5 semanas de la 2da vuelta no cuenta si todos tus actos y palabras distintos de ese pedido de perdón indican que sigues siendo lo mismo.
Me siento orgulloso porque aunque esta campaña ha sacado lo peor de muchos peruanos: un racismo bastante preocupante, una calificación del voto por Humala como un voto ignorante, unos medios de comunicación parcializados y dispuestos a mentir para favorecer a su candidata; ha prevalecido la cordura y la verdad. 
Me siento orgulloso porque sé que muchos que ven a Ollanta Humala como un riesgo para su economía familiar, decidieron votar por él por dignidad y memoria.  Yo creo que OH los va a sorprender gratamente en los próximos 5 años, pero lo que quiero resaltar es que una nación no se construye con crecimiento económico, sino que se construye sobre las bases de identidad nacional, democracia y valores.  El crecimiento y desarrollo económico, el verdadero, no el que depende de precios internacionales de piedritas, viene como consecuencia del desarrollo de estos tres pilares.
Ollanta Humala, Gana Perú, y todos los peruanos en realidad, tenemos una gran oportunidad en los siguientes 5 años.  Tenemos la oportunidad de convertirnos verdaderamente en una nación.  Tenemos la oportunidad de deshacernos, por fin, de la amenaza de una izquierda arcaica y de una derecha reaccionaria: un buen gobierno de Humala haría que ambos tengan que moverse a posiciones más moderadas si quieren sobrevivir políticamente.
Para lograr esto, Ollanta Humala tiene que actuar con extrema cautela y mucha decisión.  Un gobierno de concertación nacional que garantice el crecimiento económico pero que ponga especial énfasis en la inclusión social (desarrollo económico sostenible) se vuelve extremadamente necesario.  Creo que la gente de Gana Perú tiene esto bien en claro, basta con escuchar a Javier Diez Canseco (ayer a eso de las 8 PM), acaso uno de los personajes más radicales de la alianza, decir que el gobierno de los próximos años debe ser de concertación.
El Perú es un país muy complicado.  Es un país que desde su concepción como tal presenta una riqueza enorme, pero también una desigualdad que causa escalofríos.  Es un país que tiene discotecas, hoteles y malls de lujo, pero también es un país donde cada año mueren decenas de niños de frío: una realidad vergonzosa por lo sencillo de su prevención.  El mensaje que los electores han mandado ayer es que los peruanos queremos ser nación.  Queremos que nuestro gobierno sea limpio de corrupción y que sea inclusivo.
Queda en nosotros hacernos escuchar, sólo es el comienzo.