El día de ayer a las 4:01 PM hora peruana, mientras lloraba y me abrazaba con mi hermano y con mi cuñada, recordé una vez más el porqué me siento tan orgulloso de ser peruano.
Me siento orgulloso porque con nuestro voto, los peruanos le hemos dicho NO a la corrupción, NO a la impunidad, NO a la dictadura, NO a las violaciones de Derechos Humanos. Porque una victoria del fujimorismo iba a significar que a nuestro Perú no le importaban todas estas barbaridades. También iba a significar que personas que le han hecho muchísimo daño a nuestro país iban a regresar al poder sin haber hecho el mínimo intento durante los últimos 11 años de enmendar su error. No, pedir perdón a 5 semanas de la 2da vuelta no cuenta si todos tus actos y palabras distintos de ese pedido de perdón indican que sigues siendo lo mismo.
Me siento orgulloso porque aunque esta campaña ha sacado lo peor de muchos peruanos: un racismo bastante preocupante, una calificación del voto por Humala como un voto ignorante, unos medios de comunicación parcializados y dispuestos a mentir para favorecer a su candidata; ha prevalecido la cordura y la verdad.
Me siento orgulloso porque sé que muchos que ven a Ollanta Humala como un riesgo para su economía familiar, decidieron votar por él por dignidad y memoria. Yo creo que OH los va a sorprender gratamente en los próximos 5 años, pero lo que quiero resaltar es que una nación no se construye con crecimiento económico, sino que se construye sobre las bases de identidad nacional, democracia y valores. El crecimiento y desarrollo económico, el verdadero, no el que depende de precios internacionales de piedritas, viene como consecuencia del desarrollo de estos tres pilares.
Ollanta Humala, Gana Perú, y todos los peruanos en realidad, tenemos una gran oportunidad en los siguientes 5 años. Tenemos la oportunidad de convertirnos verdaderamente en una nación. Tenemos la oportunidad de deshacernos, por fin, de la amenaza de una izquierda arcaica y de una derecha reaccionaria: un buen gobierno de Humala haría que ambos tengan que moverse a posiciones más moderadas si quieren sobrevivir políticamente.
Para lograr esto, Ollanta Humala tiene que actuar con extrema cautela y mucha decisión. Un gobierno de concertación nacional que garantice el crecimiento económico pero que ponga especial énfasis en la inclusión social (desarrollo económico sostenible) se vuelve extremadamente necesario. Creo que la gente de Gana Perú tiene esto bien en claro, basta con escuchar a Javier Diez Canseco (ayer a eso de las 8 PM), acaso uno de los personajes más radicales de la alianza, decir que el gobierno de los próximos años debe ser de concertación.
El Perú es un país muy complicado. Es un país que desde su concepción como tal presenta una riqueza enorme, pero también una desigualdad que causa escalofríos. Es un país que tiene discotecas, hoteles y malls de lujo, pero también es un país donde cada año mueren decenas de niños de frío: una realidad vergonzosa por lo sencillo de su prevención. El mensaje que los electores han mandado ayer es que los peruanos queremos ser nación. Queremos que nuestro gobierno sea limpio de corrupción y que sea inclusivo.
Queda en nosotros hacernos escuchar, sólo es el comienzo.
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