No queda la menor duda de que Alan García y el fujimorismo planean cristalizar su alianza corrupta con un indulto a Alberto Fujimori.
Vamos a dejar una cosa en claro: si Fujimori es realmente un enfermo terminal, y le quedan unos meses de vida, un indulto o una conmutación de pena, o un cambio de régimen hacia un arresto domiciliario, cabría dentro de lo posible. ¿Por qué? Porque el Estado peruano, que en realidad somos todos los peruanos, debe mostrar humanidad. Porque, precisamente, lo que nos diferencia a todos los peruanos del dictador, asesino y ladrón de Alberto Fujimori es que somos capaces de apreciar la vida humana y sentirnos como parte de una nación.
Sin embargo, toda la evidencia que tenemos sobre este caso indica que Alan García y el fujimorismo han puesto en marcha un operativo para manipular la opinión pública y justificar un indulto antes del 28 de julio.
Augusto Álvarez Rodrich ha publicado hoy una columna en “La República” en la cual argumenta de manera muy clara porqué todo esto es un “escándalo”. Incluyo la columna en su totalidad no sin antes adicionar una nota: Alan García y la comisión política del APRA dejaron de ser apristas el día que traicionaron la memoria de Víctor Raúl Haya de la Torre y tantos mártires apristas (que dieron su vida por ideales como honestidad, igualdad, hermandad de todos los peruanos, etc) al pactar con la corrupción y decidir hacer de la mezquindad y el beneficio personal su modus operandi (que los ha llevado a hacer un gobierno sin inclusión social). Ignoro el momento preciso en que se dio esto, pero contemplo la posibilidad de que, en realidad, nunca fueron apristas.
Incluyo también este video donde la misma Keiko Fujimori dice que su padre está bien de salud hace 10 días. RoD
Cochín de Huantar
Por Augusto Álvarez Rodrich
Alan García indultaría a Fujimori antes del 28 de julio.
Está en marcha un operativo para indultar a Alberto Fujimori antes de que Alan García deje la Presidencia, el cual será la cereza de la torta del pacto aprofujimorista ejecutado durante este lustro y cuyo monumento conmemorativo es, precisamente, el ‘penal’ de la Diroes.
Varios indicios apuntan a ese desenlace. El último pasó desapercibido el viernes 3 de junio, a solo dos días de la elección, cuando la premier Rosario Fernández publicó la RM Nº 0105-2011-JUS con un relevo en la presidencia de la crucial Comisión de Gracias Presidenciales que debería recomendar el indulto de Alberto Fujimori, designando ahí a Fernanda Ayasta Nassif.
El plan inicial del gobierno era, como lo esbocé hace unos meses en esta columna, que García indultaría a Alberto Fujimori luego del triunfo de su hija, como pago por el pacto aprofujimorista de este quinquenio, incluyendo el apoyo camuflado a dicha candidatura, a cambio de lo cual el actual presidente obtendría protección durante del gobierno siguiente.
Dicho objetivo no se detuvo por el ‘contratiempo’ de la derrota de Fuerza 2011, empezando por la declaración de Alan García de que corresponde el indulto “si es por razones humanitarias, me parece bien; razones humanitarias es cuando una persona está padeciendo una terrible enfermedad, y el sentido humanitario es ponerlo en su casa y hacer que convalezca”.
Coincidentemente, Alberto Fujimori fue trasladado de la Diroes al INEN, lo cual fue filmado y entregado a la prensa para su difusión, junto con la declaración de su médico y congresista, Alejandro Aguinaga, de que su situación “está complicada”.
Coincidentemente también, como globo de ensayo, el congresista aprista José Vargas planteó que “el presidente García podría darle un indulto (a Fujimori), pues la dignidad de la persona humana está por encima de toda consideración”.
Estos son solo algunos indicios de que el presidente García indultaría a Fujimori antes de irse, con argumentos tan previsibles como la salud del preso, la alta votación de su hija, la necesidad de reconciliación política y el hecho de que nadie podría dudar de que su magnanimidad tenga razones subalternas, pues él fue perseguido por el ex presidente hoy condenado a 25 años por –disculpen la franqueza– dictador, ladrón y asesino. Y como no puede haber indultos por delitos de lesa humanidad, Fujimori sería llevado inmediatamente a Japón, antes de cualquier contramarcha, para recibir atención médica.
Los indultos se justifican, sin duda, por un sentido humanitario. Pero el de Fujimori es un escándalo, pues constituye el pago final a una componenda política que le permitió al Apra gobernar con el apoyo fujimorista a cambio de esta gracia presidencial que se concretaría en breve, y de un trato especial en la Diroes, un ‘penal’ que es el monumento a este pacto indecente.