Tuesday, November 1, 2011

Discurso por el mes de la herencia latina

Rodrigo A. Salgado
Washington, 30 de setiembre, 2011.

El mes de la herencia latina es un mes de recuerdo.
Recordamos lo que dejamos atrás.  Tantos recuerdos, tantas vivencias.
Recordamos lo que nuestra familia dejó atrás. O recordamos a la familia que dejamos atrás.  Por supuesto que para eso no es necesario un mes dedicado a la herencia latina.
Recordamos cuando jugábamos fútbol en medio de la calle.  O cuando almorzábamos cada domingo todos juntos.
Pero recordando celebramos.
Y celebramos como se debe.

Yo como mi pupusa, mi taco y mi anticucho.
Yo bailo mi salsa, mi merengue y mi bachata.
Y todo esto es ser latino.

Sueño con el majestuoso cóndor de los Andes.
Y con el pícaro quetzal guatemalteco.
Pienso en el águila real mexicana.
Pero también siento el águila calva, roja, azul y blanca.
Y todo esto también es ser latino.

Yo soy el Inca Atahualpa haciéndole frente a Pizarro.
Soy el azteca Moctezuma haciéndole frente a Cortés.
Soy Maradona metiéndole dos goles a Inglaterra.
Y soy el inmortal Facundo Cabral.
Pero también soy la jueza Sonia Sotomayor llegando a la Corte Suprema de los Estados Unidos.
Y todo esto es ser latino.

Latino es el agricultor del altiplano boliviano que ara sus tierras de 6 de la mañana a 6 de la tarde.
Latino es el niño colombiano desplazado por unos y otros desalmados armados.
Latino es el adolecente salvadoreño que se pierde en las maras
Y también el que sale de ellas, cuida de su familia y ve a sus hijos crecer.
Pero también es latina la mujer que tiene dos trabajos en Columbia Heights para mantener a sus dos hijos y darles una oportunidad en este mundo

Y ser latino es mucho más que todo eso.
Podemos seguir hablando horas de horas sobre lo que significa ser latino.
Pero al final del día ser latino es mirarnos a los ojos y encontrar esa dulzura y esa calidez que está tan presente en todos nosotros.  Esa dulzura y calidez que veo en sus ojos en este momento.
Hemos llegado a este país a través de distintos caminos.  Unos llegaron buscando un futuro mejor, otros llegaron acompañando a sus familias.  Algunos vinieron por simple inercia, y otros nacieron en este país.  Algunos están aquí para quedarse, y otros planean regresar.
Pero todos, absolutamente todos, seguimos buscando lo que nosotros y nuestras familias buscaban en nuestros países: simplemente ser felices.
Yo llegué a este país hace 5 años, y no ha pasado un solo día sin que recuerde y extrañe mi querido Perú.  Pero sé que a la vuelta de la esquina, y en ocasiones como ésta, puedo ver y sentir un pedazo de mi país en cada uno de ustedes.
Y eso, definitivamente, sí es ser latino.
Muchas gracias.

Thursday, August 4, 2011

El juramento y las reformas constitucionales

Con su juramentación y discurso, el Presidente Humala ha puesto algunas cosas en su sitio.  La constitución de 1979, producto de la Asamblea Constituyente encabezada por Víctor Raúl Haya de La Torre, quien en una muestra de decencia y ejemplo de lo que debe ser la política peruana cobró sólo un sol por sus servicios prestados a la nación, es la que representa la democracia peruana en su esencia.  El documento de 1993, bajo y por el cual Humala y sus vicepresidentes juramentaron el 28 de julio pasado, representa el marco constitucional que rige en nuestro país en este momento.  Esto último NO ha sido puesto en tela de juicio.
Aclaremos algo: el juramento es legal.  El Presidente Humala juró bajo el documento de 1993, lo que uno agregue al juramento depende de cada uno.  En este caso, el Presidente y sus Vicepresidentes lo hicieron por la constitución de 1979 y sus principios.  Omar Chehade agregó la lucha anticorrupción, Marisol Espinoza agregó Piura.
El pasado 28 de julio también nos recordó de lo que nos hemos salvado al no elegir a Keiko Fujimori y a esa agrupación que nos gobernó durante los 90s.  Martha Chávez se pasó todo el discurso presidencial gritando y faltándole el respeto a todos los asistentes a la ceremonia y a todo el Perú.  Por eso ha sido suspendida 120 días sin goce de haber.  Luz Salgado (qué mala fama le hace al apellido), en una muestra de nivel intelectual muy pobre y tino político minúsculo, denunció al salir del congreso que tenemos Presidente y Vicepresidentes de facto, mas no constitucionales.  Resulta hasta cierto punto gracioso que personas que apoyaron el pisoteo de la constitución con el golpe de estado de 1992, y que también lo hicieron con el documento de 1993 (ver “Interpretación auténtica de la constitución”), quieran ahora clamar el respeto de la carta magna.
Sin embargo, todos estos incidentes han desatado un debate, desde mi punto de vista necesario, sobre cambios o reformas necesarias al marco constitucional actual.  Estas reformas, obviamente, no incluyen temas como la reelección presidencial o intervención agresiva de medios de comunicación.  Recordemos que en un comienzo el documento de 1993 sí permitía la reelección, pero esto se reformó bajo el gobierno de transición de Valentín Paniagua.  Además, hasta ahora no ha habido mención o referencia alguna por parte del oficialismo sobre el deseo de incluir este tipo de reformas.  Todo lo contrario: la constitución de 1979, que es admirada y ha sido reivindicada por el oficialismo, era mucho menos presidencialista que el documento del 93, por lo que habría, en realidad, una corriente en dirección opuesta a la que algunos temen.  La última parte de este artículo de “El Comercio” permite iniciar una comparación donde queda claro el tinte presidencialista de la constitución de 1993.  Para una comparación más completa, aquí la constitución de 1979 y aquí el documento de 1993.
¿Cuáles son los temas específicos que se quiere modificar? Ya tenemos algunas luces.  Kurt Burneo ha hablado sobre la necesidad de un debate sobre el artículo 60 del documento de 1993 relacionado al rol subsidiario del Estado.  Aquí su planteamiento.  Javier Diez Canseco agrega el tema de la “revocatoria presidencial y legislativa, la anulación de la inmunidad parlamentaria y la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción”, así como la necesidad de reformas educativas y la declaración del derecho al agua como derecho humano que el Estado debe garantizar.  Según él, estos cambios requieren reformas constitucionales, aquí sus comentarios.  Por último, Aida García Naranjo, ministra de la mujer, y Francisco Eguiguren, ministro de justicia, han resaltado el carácter moral y político detrás de la necesidad de cambiar la constitución.
            Algunas de estas reformas pueden generar un consenso bastante convincente entre los miembros del parlamento y los peruanos de a pie.  Éste es probablemente el caso de la tipificación del derecho al agua como derecho humano y la revocatoria de autoridades.  Otros temas probablemente encuentren una mayor oposición.  La reforma del artículo 60 puede ser uno de estos casos porque tiende a generar un debate ideológico (izquierda vs derecha) además del político (oficialismo vs oposición).  En las siguientes semanas y meses vamos a ver qué tan importante son estos temas para el oficialismo y qué estrategia se va a utilizar para intentar lograr estas reformas.  José Alejandro Godoy ha publicado hoy una columna que da cierta luz en este tema.  En el lado de la oposición queda bastante claro que el fujimorismo va a realizar la oposición del “No a todo”, por lo que el rol de Perú Posible y Alianza por el Gran Cambio (y la nueva agrupación del APRA, Bruce y Reggiardo, en menor medida) va a ser bastante crucial en el congreso.  Que sea lo mejor para el país.

RoD

Tuesday, June 14, 2011

Vi a Mumford and Sons en vivo

Estuve en el concierto de Mumford and Sons hace unos días en el Merriweather Post Pavilion.  Es, sin lugar a dudas, una de las experiencias que nunca voy a olvidar en mi vida.
Soy limeño, y como tal los truenos y rayos me asustan.  Cuando suena fuerte, todavía, después de vivir 5 años en Washington, DC, mi instinto es tirarme al suelo.  Claro que usualmente logro reaccionar antes de que mis piernas se doblen, por lo que el instinto sólo se ve expresado por un gesto de bajar la cabeza.  De esta manera evito hacer el ridículo.  Mi punto se mantiene: NO ME GUSTAN LAS TORMENTAS, ¡já!
El 9 de junio pasó por el Merriweather Post Pavilion una tormenta relativamente intensa entre las 7:30 PM y las 9:10 PM.  De esas que anuncia la llegada del verano en el pantano que es el área de Washington.  Yo estaba en el medio de la explanada.  Mis amigos, tranquilos.  Para ellos mojarse era algo inevitable, y los truenos no daban tanto miedo.  Tampoco les importaba las estatuas de metal que rodeaban la explanada.  Un chapuzón, y a disfrutar de Mumford and Sons a las 9:30 PM.
En la vida, las cosas que uno disfruta más son las que representan cierta dificultad para ser logradas.  Empapado y con la adrenalina en un nivel bastante alto, estos británicos fueron artífices de un momento memorable cuando tocaron esta canción:

Imagínense el minuto 2:40 en vivo y con 20 000 almas coreando.  Duplíquenlo.  Mejor multiplíquenlo por 10.  Eso viví.
Siento que después de la tormenta y la histeria colectiva producto de ella, la valla estaba relativamente baja para la banda.  Igual voy a decir que el concierto fue increíble.  Igual voy a decir que es una de las mejores bandas en vivo que he visto en mi vida (que no son tan pocas).  Igual voy a decir que fue un concierto inolvidable.
Los dejo con otro sus hits.


RoD

Monday, June 13, 2011

El escándalo del indulto

No queda la menor duda de que Alan García y el fujimorismo planean cristalizar su alianza corrupta con un indulto a Alberto Fujimori.
Vamos a dejar una cosa en claro: si Fujimori es realmente un enfermo terminal, y le quedan unos meses de vida, un indulto o una conmutación de pena, o un cambio de régimen hacia un arresto domiciliario, cabría dentro de lo posible.  ¿Por qué? Porque el Estado peruano, que en realidad somos todos los peruanos, debe mostrar humanidad.  Porque, precisamente, lo que nos diferencia a todos los peruanos del dictador, asesino y ladrón de Alberto Fujimori es que somos capaces de apreciar la vida humana y sentirnos como parte de una nación.
Sin embargo, toda la evidencia que tenemos sobre este caso indica que Alan García y el fujimorismo han puesto en marcha un operativo para manipular la opinión pública y justificar un indulto antes del 28 de julio.
Augusto Álvarez Rodrich ha publicado hoy una columna en “La República” en la cual argumenta de manera muy clara porqué todo esto es un “escándalo”.  Incluyo la columna en su totalidad no sin antes adicionar una nota: Alan García y la comisión política del APRA dejaron de ser apristas el día que traicionaron la memoria de Víctor Raúl Haya de la Torre y tantos mártires apristas (que dieron su vida por ideales como honestidad, igualdad, hermandad de todos los peruanos, etc)  al pactar con la corrupción y decidir hacer de la mezquindad y el beneficio personal su modus operandi (que los ha llevado a hacer un gobierno sin inclusión social).  Ignoro el momento preciso en que se dio esto, pero contemplo la posibilidad de que, en realidad, nunca fueron apristas.

Incluyo también este video donde la misma Keiko Fujimori dice que su padre está bien de salud hace 10 días.
RoD

Cochín de Huantar
Por Augusto Álvarez Rodrich
Alan García indultaría a Fujimori antes del 28 de julio.
Está en marcha un operativo para indultar a Alberto Fujimori antes de que Alan García deje la Presidencia, el cual será la cereza de la torta del pacto aprofujimorista ejecutado durante este lustro y cuyo monumento conmemorativo es, precisamente, el ‘penal’ de la Diroes.
Varios indicios apuntan a ese desenlace. El último pasó desapercibido el viernes 3 de junio, a solo dos días de la elección, cuando la premier Rosario Fernández publicó la RM Nº 0105-2011-JUS con un relevo en la presidencia de la crucial Comisión de Gracias Presidenciales que debería recomendar el indulto de Alberto Fujimori, designando ahí a Fernanda Ayasta Nassif.
El plan inicial del gobierno era, como lo esbocé hace unos meses en esta columna, que García indultaría a Alberto Fujimori luego del triunfo de su hija, como pago por el pacto aprofujimorista de este quinquenio, incluyendo el apoyo camuflado a dicha candidatura, a cambio de lo cual el actual presidente obtendría protección durante del gobierno siguiente.
Dicho objetivo no se detuvo por el ‘contratiempo’ de la derrota de Fuerza 2011, empezando por la declaración de Alan García de que corresponde el indulto “si es por razones humanitarias, me parece bien; razones humanitarias es cuando una persona está padeciendo una terrible enfermedad, y el sentido humanitario es ponerlo en su casa y hacer que convalezca”.
Coincidentemente, Alberto Fujimori fue trasladado de la Diroes al INEN, lo cual fue filmado y entregado a la prensa para su difusión, junto con la declaración de su médico y congresista, Alejandro Aguinaga, de que su situación “está complicada”.
Coincidentemente también, como globo de ensayo, el congresista aprista José Vargas planteó que “el presidente García podría darle un indulto (a Fujimori), pues la dignidad de la persona humana está por encima de toda consideración”.
Estos son solo algunos indicios de que el presidente García indultaría a Fujimori antes de irse, con argumentos tan previsibles como la salud del preso, la alta votación de su hija, la necesidad de reconciliación política y el hecho de que nadie podría dudar de que su magnanimidad tenga razones subalternas, pues él fue perseguido por el ex presidente hoy condenado a 25 años por –disculpen la franqueza– dictador, ladrón y asesino. Y como no puede haber indultos por delitos de lesa humanidad, Fujimori sería llevado inmediatamente a Japón, antes de cualquier contramarcha, para recibir atención médica.
Los indultos se justifican, sin duda, por un sentido humanitario. Pero el de Fujimori es un escándalo, pues constituye el pago final a una componenda política que le permitió al Apra gobernar con el apoyo fujimorista a cambio de esta gracia presidencial que se concretaría en breve, y de un trato especial en la Diroes, un ‘penal’ que es el monumento a este pacto indecente.

Monday, June 6, 2011

Ayer a las 4

El día de ayer a las 4:01 PM hora peruana, mientras lloraba y me abrazaba con mi hermano  y con mi cuñada, recordé una vez más el porqué me siento tan orgulloso de ser peruano. 
Me siento orgulloso porque con nuestro voto, los peruanos le hemos dicho NO a la corrupción, NO a la impunidad, NO a la dictadura, NO a las violaciones de Derechos Humanos.  Porque una victoria del fujimorismo iba a significar que a nuestro Perú no le importaban todas estas barbaridades.  También iba a significar que personas que le han hecho muchísimo daño a nuestro país iban a regresar al poder sin haber hecho el mínimo intento durante los últimos 11 años de enmendar su error.  No, pedir perdón a 5 semanas de la 2da vuelta no cuenta si todos tus actos y palabras distintos de ese pedido de perdón indican que sigues siendo lo mismo.
Me siento orgulloso porque aunque esta campaña ha sacado lo peor de muchos peruanos: un racismo bastante preocupante, una calificación del voto por Humala como un voto ignorante, unos medios de comunicación parcializados y dispuestos a mentir para favorecer a su candidata; ha prevalecido la cordura y la verdad. 
Me siento orgulloso porque sé que muchos que ven a Ollanta Humala como un riesgo para su economía familiar, decidieron votar por él por dignidad y memoria.  Yo creo que OH los va a sorprender gratamente en los próximos 5 años, pero lo que quiero resaltar es que una nación no se construye con crecimiento económico, sino que se construye sobre las bases de identidad nacional, democracia y valores.  El crecimiento y desarrollo económico, el verdadero, no el que depende de precios internacionales de piedritas, viene como consecuencia del desarrollo de estos tres pilares.
Ollanta Humala, Gana Perú, y todos los peruanos en realidad, tenemos una gran oportunidad en los siguientes 5 años.  Tenemos la oportunidad de convertirnos verdaderamente en una nación.  Tenemos la oportunidad de deshacernos, por fin, de la amenaza de una izquierda arcaica y de una derecha reaccionaria: un buen gobierno de Humala haría que ambos tengan que moverse a posiciones más moderadas si quieren sobrevivir políticamente.
Para lograr esto, Ollanta Humala tiene que actuar con extrema cautela y mucha decisión.  Un gobierno de concertación nacional que garantice el crecimiento económico pero que ponga especial énfasis en la inclusión social (desarrollo económico sostenible) se vuelve extremadamente necesario.  Creo que la gente de Gana Perú tiene esto bien en claro, basta con escuchar a Javier Diez Canseco (ayer a eso de las 8 PM), acaso uno de los personajes más radicales de la alianza, decir que el gobierno de los próximos años debe ser de concertación.
El Perú es un país muy complicado.  Es un país que desde su concepción como tal presenta una riqueza enorme, pero también una desigualdad que causa escalofríos.  Es un país que tiene discotecas, hoteles y malls de lujo, pero también es un país donde cada año mueren decenas de niños de frío: una realidad vergonzosa por lo sencillo de su prevención.  El mensaje que los electores han mandado ayer es que los peruanos queremos ser nación.  Queremos que nuestro gobierno sea limpio de corrupción y que sea inclusivo.
Queda en nosotros hacernos escuchar, sólo es el comienzo.

Tuesday, May 31, 2011

Artículo en el Financial Times sobre las elecciones peruanas

Max Cameron, de la Universidad de British Columbia y Michael McCarthy, de la Universidad de Johns Hopkins han publicado un buen artículo en el Financial Times sobre las elecciones peruanas.  Aquí el artículo.

Humala is the best for democracy in Peru
By Max Cameron and Michael McCarthy

This Sunday, when Peruvians go to the polls to elect a new single-term president, they will be casting their ballots in an echo chamber of analogies.

In politics, analogies can make game changing differences. Saddam Hussein was an Adolf Hitler. Nelson Mandela fathered a new South Africa. Obama represents the Joshua generation.

Sometimes these analogies hit the mark. They can reveal a profound truth by finding a hidden connection. Other times, they are more like card tricks, revealing less than they hide.

The front-runner in the first round of the election, Ollanta Humala, has been compared to Hugo Chávez. According to his critics, he would trample on Peru’s democratic institutions and create a self-perpetuating quasi-dictatorship.

The other candidate, Keiko Fujimori, has been called a Trojan horse who would take Peru back to the decade of the 1990s when her father ruled through a combination of bribery, blackmail, and abuse of power.

These analogies are both true and false.

Humala would not govern like Chávez because conditions in Peru are totally unlike those in Venezuela, which occasioned a system breakdown and paved the way for Chávez’s rise to power in 1998. Peru’s economy has been booming like thunder for a decade and millions have been lifted out of poverty.

No fundamental reversal of the policies that produced this socio-economic change is at issue. Rather, an urgently needed debate over wealth distribution has been stimulated by Humala’s candidacy.

Peru’s economic boom has resulted in a substantial reduction of poverty.

Today about a third of the country is poor, down from half the country a decade ago. But growth has been concentrated in Lima and the coast. In the south and central highlands and in the Amazonian jungle, poverty remains high and a ‘wild west’ approach to natural resource extraction has intensified conflict.

Indigenous Aymara in the highland city of Puno have captured headlines in the midst of the election campaign with protests against plans by Bear Creek, a Canadian miner, to open a silver mine that protestors say would pollute Lake Titicaca. A combination of negative environmental side-effects and a struggle over economic rents generated from these activities could fuel another cycle of violence and repression.

These pressures raise questions about Peru’s political institutions, which are not as robust as those of Chile and Uruguay, for example, often praised as poster children for democracy in the region. But the sky is not falling. A major collapse that would create an environment fertile for a ‘salve patria’ mission is unlikely.

To make Chávez-like changes, Humala would need a huge coalition hungry for major political transformation. This he does not have.

Moreover, one of Chávez’s most vocal critics in the region, Mario Vargas Llosa, is now supporting Humala.
He and other liberal intellectuals, including his son Alvaro, could convince undecided moderate voters that a Keiko presidency would not be compatible with democracy.

Their support for Humala stems from two factors: Humala’s move to the center and pledge to respect Peru’s democratic rules; and the direct connection that exists between Keiko and her father Alberto Fujimori, the former president who wielded power ruthlessly and arbitrarily in the 1990s.

Keiko was part of her father’s government, if only as “first lady” (a stand-in role that she assumed after her mother was brutally mistreated by her father). She has not repudiated her father’s policies, and we suspect she would release him from prison where he is serving a 25 year sentence for corruption and crimes against humanity. In fact, her campaign appears to have been run, in part, out of the penitentiary where father Fujimori is incarcerated.

Critics say the very same dirty tricks he used to perpetuate himself in power have been used in her campaign.

When a journalist in one of two pro-Humala newspapers revealed that the Peruvian military intelligence service was engaged in dirty tricks to support her campaign, the editor received a funereal bouquet. Another newspaper that is more sympathetic to Humala was purchased on masse to prevent circulation in certain districts of Lima. Much of the media is heavily biased against Humala, abandoning any pretense to neutrality in news reporting.

If she pardoned her father and attacked the judges who put him behind bars there is a danger that the entire mafia that ran the judiciary and armed forces, and which was never entirely purged by previous governments, would be reactivated.

Then there is the key matter of powerful interests and checks and balances, the main reason she represents by far the greater danger to Peru’s democracy.

Keiko has few incentives to govern democratically, while Humala faces constraints that may force him to govern democratically.

She would govern with the collaboration of powerful de facto interests – big business, the media, the armed forces, the most socially conservative forces within the Catholic and evangelical churches, and much of the political establishment – which would be all too pleased to watch as she imposed a “mano dura” (or iron fist) on crime and dissent, applied band-aide solutions for poverty, and asked for kickbacks in exchange for continuing “open for business” economic policies.

Humala, on the other hand, would be hemmed in on every corner. A hostile business community, rabidly critical media, nervous armed force, and all the corrupt office holders in congress, the courts and the judiciary would do everything possible to keep him off balance. The only way for him to govern would be to take the higher ground and rule democratically, since the legitimacy of his right to rule would not be backed by Peru’s powerful private actors.

All this tells us that Peru has a long way to go before it becomes a stable democracy with good governance and laws. For these ‘democratic consolidation’ strides to be taken, powerful actors will have to lose power.

Convincing elites that such a recalibration is a positive sum game will be difficult. But if Peru’s elites were to look east, across the Andes to Brazil, they would find inspiration from an elite that learned a worker’s political party headed by a worker could be good for business, good for democracy, and good for the welfare of society.

As the region’s weathering of the Great Recession shows, the Latin American left can be quite good for domestic and international business. Indeed, these elections, beyond determining the future trajectory of Peru, hold major implications for the ‘growth with equity’ development model.

An Humala presidency would broaden the reach of that social democratic model. A Keiko presidency would damage democracy and pay lip service to equity while growing the fortunes of the rich even more.

The bigger danger is not that Humala would reveal himself to be a wolf in sheep’s skin. It is, we fear, that he would turn out be like Obama: that he would come to power and find himself able to do very little to address his country’s deeper structural problems.

Max Cameron, a Peru specialist, is Professor of Political Science in the Center for the Study of Democratic Institutions at the University of British Columbia. Michael Marx McCarthy is a doctoral candidate in political science at Johns Hopkins University.

Thursday, May 26, 2011

Una mentira más, gracias Rafael Rey

Hace dos días salió Rafael Rey dando una entrevista en “Buenos Días Perú” mostrando el libro escrito por Ollanta Humala, leyendo un pasaje del mismo, y diciendo que en el libro Ollanta Humala defiende la calificación de Sendero Luminoso como “fuerza beligerante” y no como grupo terrorista.  Aquí se puede ver el video, por supuesto en el diario Perú21.  Hoy Rafael Rey publica una columna en (qué novedad) el diario Correo, afirmando, de nuevo, que OH defiende la calificación de SL como “fuerza beligerante”.  Aquí la columna.  Esta afirmación es falsa y es un ejemplo perfecto de la clase de política que hace el fujimorismo.
Veamos el párrafo que Rafael Rey usa para hacer esta afirmación:
(…) el Estado peruano, por medio de sus gobiernos de turno, jamás le dio a Sendero Luminoso (SL) la categoría de fuerza regular o fuerza beligerante y, por lo tanto, el propio Estado peruano le negó el tratamiento decoroso conforme lo dispone el Derecho Internacional Humanitario. Todo lo contrario, le dio la categoría de simples 'delincuentes terroristas’.  (Página 55, según Rafael Rey)
Analicemos el párrafo separando sus oraciones.
1) “El Estado peruano, por medio de sus gobiernos de turno, jamás le dio a Sendero Luminoso la categoría de fuerza regular o fuerza beligerante”: Esta afirmación es cierta, nadie la discute.  Efectivamente, el Estado peruano nunca le dio categoría de fuerza regular o fuerza beligerante.
2) “por lo tanto, el propio Estado peruano le negó tratamiento decoroso conforme lo dispone el Derecho Internacional Humanitario”: Esta afirmación también es cierta.  El Estado peruano, al no darle la categoría de fuerza regular a SL, niega el tratamiento decoroso que está estipulado en el Derecho Internacional Humanitario.
3) “Todo lo contrario, le dio la categoría de simples ‘delincuentes terroristas’”: Esto también es cierto, el Estado peruano, y también organismos internacionales, consideraron y consideran a Sendero Luminoso como grupo terrorista.
El problema de la afirmación hecha por Rafael Rey es que se basa en la premisa de que el párrafo citado defiende un argumento.  Según Rafael Rey, este argumento es que SL debió ser considerado “fuerza beligerante”.  Sin embargo, el párrafo citado no es argumentativo, es meramente informativo.  Es decir, el párrafo citado se limita a relatar hechos.  El análisis hecho demuestra que estos hechos son verídicos.
No he leído el libro de Ollanta Humala, por lo que no puedo comentar sobre el mismo.  Sin embargo, esta crítica de Rafael Rey se basa sólo en el párrafo citado, por tanto tiene que ser sostenida con el párrafo.  Esto no se da.
Este es el tipo de ataques, tergiversaciones y mentiras a la que el candidato Ollanta Humala ha estado expuesto en esta campaña electoral.  Para usar el lenguaje de Rosa María Palacios, se dice sobre textos relacionados a Gana Perú que dicen lo que en realidad no dicen.  Y se hacen críticas basadas en afirmaciones que no son defendidas ni por Gana Perú ni por Ollanta Humala.  
Este fue el caso de, por ejemplo, las críticas hechas al plan de gobierno relacionadas al tema de las AFPs.  En ninguna parte se dice que se va a utilizar los fondos de las AFPs para financiar algún programa.  Otro caso fue la supuesta comparación de SL con Robin Hood: en realidad, OH hablaba de la ausencia del Estado en algunas zonas del territorio nacional en donde SL fue el ente que impartió ley por un tiempo.
Ollanta Humala ha confirmado ayer que en el libro señala que SL fue un grupo terrorista.
RoD